jueves, 28 de noviembre de 2013

DIEZ GRANDES ERRORES DE LÓGICA QUE SOLEMOS COMETER EN NUESTRA VIDA COTIDIANA

Esta entrada ha sido repineada por su interés desde Blog Sindinero.org

¡¡Telepatía!!
Tras haber leído con gran interés unos cuantos libros de psicología social y de la economía del comportamiento, me he animado a escribir este post en el que enumero 10 grandes errores de lógica que cometemos sistemáticamente en el día a día, de forma imperceptible. Dichos errores son desviaciones respecto del pensamiento racional y sensato, y responden a sesgos derivados de nuestra propia configuración mental (de lo que se deduce que nuestra mente humana no es nada perfecta). No obstante, si prestamos atención, son evitables… conozcamos diez de los más frecuentes en el comportamiento humano:

1) Efecto halo: Normalmente nos dejamos deslumbrar por una única cualidad de una persona (belleza, estatus… ), deduciendo de ahí el resto de atributos. La publicidad explota continuamente este efecto, de gran arraigo en nuestro subconsciente. Ejemplo: A los guapos los consideramos más inteligentes, majos, sinceros y competentes (de ahí que G. Clooney sea la imagen de Nespresso, y no Danny de Vito).

2) Aversión a la pérdida: El miedo a perder algo excede con creces a la felicidad obtenida al ganar una cosa de valor semejante. Los inversores bursátiles, p.e, conocen muy bien este error de lógica: Tienden a no liquidar sus inversiones en pérdidas, esperando a una improbable recuperación… con lo cual, al final terminan palmando más pasta todavía.

3) Pensar que las casualidades improbables son fenómenos paranormales: El típico ejemplo es el de ese amigo que me llama por teléfono justo cuando estoy pensando en él/ella, y empiezo a fliparme con mamarrachadas paranormales (¡¡telepatía,oiga!!). Sin embargo, no considero la infinidad de veces que me he acordado de ese colega y no me ha telefoneado… y es que lo raro sería que nunca nos hubiésemos llamado al pensar alguna vez el uno en el otro.

4) Sesgo de autoridad: Tendemos peligrosamente a obedecer a las autoridades de forma acrítica e irreflexiva, a aceptar las opiniones y pronósticos de los expertos (por el mero hecho de serlos). Ejemplo: El director de mi sucursal bancaria, todo un profesional de la gomina, me recomienda que invierta mi dinero en preferentes… y voy yo y sigo sus indicaciones confiando en su “gran conocimiento” de los mercados… ¿hace falta que siga con la historia?

5) Reciprocidad: Es la presión psicológica que sentimos cuando alguien nos hace un regalo o invita a algo, manifestándose dicha presión en la necesidad de corresponder a ese gesto. Ejemplo: Muchos inmigrantes africanos que se ganan la vida vendiendo artesanía por la calle te regalan una figura de un elefantito para ponerte en un compromiso y que termines comprándoles alguno de sus productos.

6) Gregarismo: Se trata de pensar (absurdamente) que cuantos más seguidores tiene una idea, más correcta será ésta. Ejemplo: Todo el mundo dice que el ladrillo nunca baja, que es una gran inversión (excepto algún excéntrico con afán de protagonismo), y por eso voy y me hipoteco para adquirir un chalet de 300.000 euros (en plena burbuja… )

7) Disonancias cognitivas: Las disonancias cognitivas se producen cuando dos pensamientos entran en conflicto, o cuando nuestro comportamiento choca contra nuestro sistema de creencias. En ese caso buscamos autojustificaciones, pequeños (o grandes) autoengaños que reduzcan la tensión resultante. Ejemplo: Me compro un coche y al ponerlo en marcha advierto que hace un ruido infernal… en vez de admitir mi error en la adquisición, me autoengaño pensando que con semejante estruendo jamás me quedaré dormido al volante…

8) Falacia del jugador: Consiste en creer que en los juegos de azar existe una fuerza misteriosa compensatoria. Un ejemplo lo podemos observar en aquellas personas que juegan siempre a un mismo número de lotería, pensando que tiene más probabilidad de salir por el simple hecho de no haber sido premiado antes, cuando la realidad es que todos los números son equiprobables -dicho de otra forma, el sorteo de un año no “se acuerda” del sorteo del año anterior-.

9) Pensar de forma relativa: También llamado “efecto contraste”. Según este efecto, la gente suele pegarse una caminata de 10 minutos para ahorrarse 10 euros en comida, pero no lo haría para ahorrarse 10 euros en la compra de un traje de 1000 euros. Totalmente irracional, ya que 10 euros son 10 euros.

10) Asumir que la correlación implica causalidad: Para entender esto lo ilustraremos con un ejemplo extremo. Al observar que a más consumo de helados, mayor número de ahogamientos (existe una correlación entre ambas variables), concluyo que el comer helados eleva la probabilidad de perecer ahogado (causalidad). Evidentemente esta conclusión es errónea, ya todos sabemos que en verano aumenta, de forma independiente, tanto el consumo heladero como las desgracias acuáticas, sin haber una relación de causalidad entre ambas variables. Para comprender mejor este fallo o sesgo, os recomiendo este post en naukas.com: Correlación no implica causalidad.


Bien, pues hay muchos más sesgos o errores lógicos, como el descuento hiperbólico, el sesgo de omisión y muchos otros. Si tenéis interés en el tema, un libro muy didáctico para introducirse en el asunto es “El arte de pensar”, de Rolf Dobelli, que expone de forma muy sencilla 52 de estos errores de lógica…

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